Gambrinus
De Cordobapedia
El Gambrinus
Bar que estuvo ubicado en la calle Jesús Maria en el número 8, donde se asienta actualmente la confiteria Serrano. Fundado en la decada de los 30 por parte de Paco Alcala, industrial granadino, se traslado a la calle Alfonso XIII donde desaparecio anos despues.
Recuerdos Cordobeses [1]
La primera vez que yo me asome a aquel local de la calle Jesús Maria de Cordoba -cosa de chiquillo- fue antes de la Guerra Civil de 1936. Me lleve una gran impresion. Aquello tenia todas las caracteristicas de un templo. Luego supe que lo fue, en la puerta habia un gran biombo con unos colores y unas siglas de un partido politico, muchas sillas de anea y una tribuna, alguien me dijo que un dia entro alli un camion con guardia de asalto para poner orden.
Ya en plena guerra, tome contacto y alli estaba el bar «Gambrinus», propiedad de Don Paco Alcala, industrial granadino, que le dio al negocio un nuevo giro, por la actividad de la calle, ya que frente estaba la casa central de Correos y Telegrafos -donde hoy se levantan unos grandes y populares almacenes- y junto al flamante Cine Gongora. El bar tenia una gran afluencia de público, empleados de Correos, gente de paso, por estar en plena contienda, militares, muchos militares.
Tambien se reunian diariamente un buen grupo de soldados alemanes -seria por lo de «Gambrinus»- que pertenecian a la Legion Condor, destacados en el Castillo de la Albaida, como el local eran tan grandisimo, en el fondo, estaba el servicio de Restaurante dividido por unas mamparas donde el menú del dia, compuesto de tres platos, pan, postre y vino por el precio de tres pesetas y quince centimos. Hay que tener en cuenta que el muchacho del bar al que yo conocia ganaba por ocho o diez horas de trabajo, dos pesetas diarias, todavia circulaban las monedas de plata, hablo de 1937. Por los anos 30 albergo «la Casa del Pueblo», según refiere Pio Baroja en su obra «Los Visionarios», hasta 1885 habia sido el teatro Moratin.
El bar tenia una puerta central y a cada lado un escaparate, los cristales como en todos sitios con las aspas de papel engomado, para evitar su rotura; a la derecha, un largo mostrador con una maquina de cafe expres de dos brazos, niquelada y una altura de un metro. Era italiana, marca Pavoni; tambien a la derecha habia una larga escalera que conducia a lo que antes fue el coro, donde tenian instaladas dos mesas de billar, que su trabajito costaria el subirlas.
De vez en cuando estos bares se quedaban vacios cuando sonaba la sirena, que habia instalada en la terraza del edificio de El Fenix Espanol'' de la plaza de las Tendillas, anunciando la llegada de aviones, la gente buscaba refugio en los sotanos cercanos, muchos ya no volvian y no pagaban las consumiciones. A las nueve de la noche, se encendia el gran aparato de radio, y el local se paralizaba, todos en silencio para escuchar las charlas del general Queipo de Llano.
Habia varios camareros, entre ellos, uno muy ocurrente, que se llamaba Manolo «el Sevillano». A este hombre una manana le entro un hombre con aspecto de forastero. Se sento en una de las muchas mesas que habia, se fue para la mesa, Manolo, le dijo. «Que desea el senor. Yo, nada», le respondio, paso un ratillo y volvio a preguntarle... «El senor desea ya algo?» No nada. Es que... para estar aqui sentado hay que «pedir» algo. Pues... «frotandose las manos le contesto: Deme usted un cigarrito...».
En la calle Jesús Maria habia varios bares. El popular Correo -que aún continúa- del senor Carrasco que en aquellos anos hicieron popular la frase de... «Pasen al salon...». En frente estaba Ariza antes de establecerse en la calle Siete Rincones hoy calle Malaga-, otro era el «Bar Balilla» atendido por un senor calvo, muy sonriente, siendo la especialidad de la casa unos grandes y economicos bocadillos de callos que te lo daban chorreando salsa, al tiempo que te decia, ¡toma bali! ¡El bar siempre estaba abarrotado y en el suelo dos dedos de serrin para empapar las gotas de la salsa, junto al «balilla» habia un fotografo que formaban colas bien para recoger o hacerse fotos, los soldados que se encontraban en Cordoba, hospitalizados o de regreso de los frentes. Al final de la calle Jesús Maria, direccion a Santa Ana, estaba la «taberna de Guerrero», donde acudian los buenos aficionados a jugar al domino; en aquellos tiempos, de comida no se andaba muy mal, cuando la cosa se puso fea, fue en 1940/41, bautizado por el pueblo sencillo con el nombre del «Ano del Hambre», peseta que se tenia, peseta que se gastaba en la Corredera, en un cartucho que contenia seis tortillitas del tamano de una pelota de ping-pong, hechas de maiz o de lo que fuera, pero que sabian a gloria.
El viejo templo de la calle Jesús Maria, que tanta actividad tuvo, fue demolido; en su lugar, se levanto una casa, hoy en su local comercial hay una confiteria.
La familia Alcala se traslado a la calle Alfonso XIII, exactamente frente a la puerta de servicio del Circulo de la Amistad, donde volvio de nuevo el bar Gambrinus, que permanecio varios anos, hasta que otra vez la piqueta se encargo de echar la casa abajo y desaparecer el bar Gambrinus, que tambien quedo en el recuerdo de los sexagenarios de hoy.
Referencias
Principales editores del articulo
- Ildelop (Conversacion |contribuciones) [3]
- Aromeo (Conversacion |contribuciones) [2]