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Rafael Guerra Bejarano "Guerrita"

De Cordobapedia

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Rafael Guerra Bejarano "Guerrita"

Rafael Guerra "Guerrita"
Rafael Guerra "Guerrita"

Tabla de contenidos

Biografía

Rafael Guerra Bejarano "Guerrita"
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Nombre completo:Rafael Guerra
Fecha de nacimiento:6 de marzo de 1862
Lugar de nacimiento:Córdoba
Fecha de fallecimiento:21 de febrero de 1941
Lugar de fallecimiento:Córdoba
Fecha del debut:18 de octubre de 1878
Lugar del debut:Andújar
Fecha del retiro: 1889
Lugar del retiro: Zaragoza

Torero, nace en Córdoba el 6 de marzo de 1862 en el Barrio del Matadero Viejo o de la Merced, cuna de todos toreros de aquel tiempo.

Se inicia en el toreo a escondidas de sus padres con las reses que eran llevadas al matadero. Durante muchos años fue banderillero, comenzando en 1877 y matando su primer novillo el 18 de octubre de 1878 en la plaza de Andújar. El 26 de junio de 1879, se presenta en Madrid con el apodo "Llaverito" y disfruta de triunfos memorables como el de Córdoba en septiembre de 1880, donde a petición del público se le cedió el último toro. Fue tal su fama que algunos empresarios exigían a "El Gallo", a cuya cuadrilla pertenecía, que nunca faltase su banderillero.

Integrado en diferentes cuadrillas, en 1885 ingresa en la cuadrilla de Lagartijo, que se convierte en su maestro y protector y le cede toros con frecuencia. Tras dos años de aprendizaje toma la alternativa en la Plaza de las Ventas de la mano del Lagartijo el 29 de septiembre de 1887. En la siguiente temporada actúa en 75 corridas llegando a ser el ídolo del público.

Durante los siguientes 12 años, compartió hegemonía en el mundo del toreo con "Lagartijo" y con Frascuelo. El 12 de mayo de 1890 se celebra la corrida de despedida de "Frascuelo", y Guerrita se brinda a banderillear sus toros. Pero los seguidores de Lagartijo interpretaron el gesto como una maniobra para ganarse los adeptos de Frascuelo y desde entonces empezó a decrecer su popularidad. Parecía como si el público le protestara todas sus actuaciones, aunque a fuerza de trabajo y entrega lograra contrarrestar esta actitud.

Su última corrida sería el 15 de octubre de 1899 en la Plaza de Toros de Zaragoza. Desde entonces se dedicó a sus negocios, a su familia así como al Club Guerrita, club social que se hizo muy popular en Córdoba sito en la Calle Gondomar.

Si fue grande como torero no le fue a la zaga su peculiar personalidad, la cual acentuaba con unas frases categóricas que encarnaban la quintaesencia de la sabiduría popular. Algunas de estas frases son las archiconocidas "Ca uno es ca uno",o Hay gente pa to|"Hay gente pa tó" o esta otra "Hay por ahí ca morlaco suelto".

Muere en Córdoba el 21 de febrero de 1941, siendo sepultado en el Cementerio de Nuestra Señora de la Salud. Está considerado como uno de los cinco Califas del toreo.

Anécdotas y Dichos

  • La anécdota que se relata es un detalle de cómo los clásicos cordobeses hablaban cuando nada hay que decir. Estaba el "El Guerrita" en el Club que llevaba su nombre con unos cuantos amigos toreros y subalternos, era el mes de julio y hacia un calor sofocante, propio de Córdoba. "Rafael" se quitó el sombrero de ala ancha, se sacó un pañuelo y se secó el sudor de la calva y añadió: -Vaya un "caló" que "jace"; todos callaron, pasado un rato se oyó la voz bronca del "Zurito" que decía, -Si que "jace" "caló"; se produjo otro silencio prolongado. El piquero "Catalino" cogiendo un vaso de agua bebió un trago, se limpió la boca con los dedos de la mano y añadió: - "Po" si "señó" que "jace" mucho "caló".


  • Cuando comenzó a triunfar Juan Belmonte con su torero, mediante el cual, se metía en terrenos del toro muy arriesgados, alguien llegó al “Guerra” hablándole del sevillano diciendo: -Belmonte “j´a” roto con las reglas del toreo, “pue, j´a realizao” la proeza de “da sais” verónicas y la media sin enmendarse. "Rafaé" de mi “j´arma” sin enmendarse. El Guerrita respondió: - Tu “j´esta bebio”... Eso no “pue sé” te lo dice Rafael Guerra Bejarano. Unas semanas después fue Rafael a la plaza sevillana a ver a Juan; éste repitió la misma faena, a lo que El Guerra comentó posteriormente: -“Pue” sí puede "sé"¡pero no “pue sé”!. Porque lo que no “pue sé” además “j´es"...¡imposible!. No le entraba en la cabeza al maestro lo que había visto. No llegó a captar que Belmonte había traído a la lidia una auténtica revolución. Este comentario realizado en el Club Guerrita lo terminó el califa diciendo una de sus sentencias: - Ve pronto "j´a" verlo que "j´ese" es carne de "mataero". Por suerte no se verificó el lacónico dicho del Guerrita.


  • Al despedirse el “Guerrita” en su última corrida de Madrid el 11 de junio de 1899 lidiándose reses de la viuda de Concha Sierra, se dirigió a varios amigos que ocupaban asiento en la barrera y le dijo: -Voy a matar un toro "pa" que ustedes se enteren que será el último que me verán matar. Solo, en los terrenos del tendió nueve, fijos los pies y alargando los brazos con supremo arte recogiendo con la muleta, entró a matar entregándose materialmente, metiendo el estoque hasta la empuñadura en el morrillo del morlaco, saliendo suspendido por al ingle. El toro cayó fulminado como si hubiera sido arroyado por un rayo; la muchedumbre enloquecida arranco con una ovación estruendosa y "Guerrita" dijo: -"Má legro veros güenos". Y cogiendo el capote se fue. Ya no volvió a pisar jamás el ruedo madrileño.


  • El Guerra con su sabiduría, sabía valorar la fortuna que había ganado con los toros y en voz alta decía para sí mismo. -"Rafael ya tienes "pa comé" y eso a porción de pobres nos "güelve" locos de envidia".


  • El Guerrita acostumbraba a mezclar en sus conversaciones términos taurinos, siempre aplicables, que definían su carácter. Padecía un tumor maligno en el cuello y presintiendo su final le repondió a un amigo que le pregunto sobre su salud: - Mal, muy mal. "Pa" mí que este toro que tengo "agarro" al "pescuezo" me va a "da" la "corná" definitiva. Y a si fue.


  • Le preguntaron por el estado grave de Rafael Molina Sánchez "Lagartijo". El Guerra con un toco preocupado y contundente dijo:"No le digo a "osté" más que una cosa, y es que, le andan las moscas por la cara y no se las quita. Por "jahí" podrá "osté" calculá cómo está. "Pa" mí que el pobre no vive un mes".


  • Estando en Madrid El Guerra solía dar fiestas en un hotel donde se alojaba, a las cuales iban periodistas, personas relacionadas con el arte y la cultura. En una de ellas le presentaron al pensador José Ortega y Gasset como filósofo, el maestro taurino sorprendido preguntó: -¿Filósofo?, y ¿eso qué es?. Uno de los contertulios le explicó que se trastaba de una profesión donde se trabajaba con ideas y pensamientos. Rafael algo perplejo dijo una de sus sentencias más famosas: - Hay gente "pa" "to".


  • Su última corrida en la Plaza de Toros de Zaragoza. Mientras el torero El Algabeño desarrollaba una vulgar faena de muleta empezaron a oírse en los tendidos gritos de "¡Aprende,Guerrita!", a lo que contestó; "Que "japrenda" yo, ¿de eso?". Se dice que al despedirse de su cuadrilla lloró como un niño, exclamando: -Yo no me voy de los ruedos, me "jechan".


  • El rey Alfonso XIII solía ir de caza a una finca del marqués del Merito en Córdoba. Se invitó al "Guerra" para compartir con el rey dicha cacería. Se cuenta, que Rafael se presentó a caballo con un chaquetón que usaba el torero para el campo forrado de rojo por dentro. Cuando llegó e hizo los saludos pertinente, el rey le dijo: -Rafael, cuando te ví venir de lejos le pregunté al marqués, ¿quién es ese señor que viene allí con eso colorado? ¿No será un obispo? El Guerra que no se cortaba ni delante del rey, le respondió: -Majestad, ¡que obispo ni que cuerno...! ¡En lo mío he "sio" yo el Papa!. Comentan que el rey el dijo: -Rafael que golpes tienes...


  • Andaba la Guardia Civil buscando al Guerra por orden del Ministro de Gobernación para que se presentara en Madrid con objeto de participar en un festejo, donde iban a asistir unos reyes extranjeros. Rafael estaba recluído en su finca de "Cuevas Bajas" y allí se presentó la benemérita. El aperador asustado fue al cuarto donde dormía el Guerra, lo despertó, y le dijo: -Maestro, "jahi" le busca la pareja, y dicen que no se van sin "osté" por "na" del mundo. A lo que respondió Rafael, con tono zumbón: - ¿Pero es que "man dao" los tres avisos?


  • Se comentaba, que cuando El Guerra era aún un chavalón y estaba comenzando a dar los primeros capotazos en el toreo, se cruzaba con Lagartijo por la calle le decía:- "Baya "osté" con "Dió, señó Rafae".


  • Estando El Guerra ya recluído en su casa de la calle Góngora por motivo de la enfermedad que lo llevaría a la muerte, su esposa le compró un batín de seda, pues consideraba, que por las numerosas visitas recibidas debería estar presentable. Rafael se resistía, pues consideraba que aquella prenda era afeminada. Llegó un día su íntimo amigo Luis de las Morenas y se desahogó con él sobre el tema del batín, a la vez que cogía la prenda por la solapa diciéndole: - Qué pena Luis, “toa” la vida presumiendo de macho con mi traje flamenco, "pa" terminar muriendo “vestió” de marica.


  • Toreando en Madrid el Guerrita liquidó a un toro con una estocada majestuosa, de las pocas que se ven en los ruedos. La plaza entera dio una ovación estruendosa, cuando se calmó el público un espectador de barrera le dijo: Mata monos. A lo que Rafael en una reacción propia de su carácter le contestó en voz alta para que lo oyera el respetable: - "Pos entodavía" no te "j´e matao" a ti.


  • Llevaba un tiempo Guerrita sin torear en Madrid y los periodista le preguntaron que para cuando la próxima corrida, a lo que contesto El Guerra. “Pa” San Isidro. Un reportero recogió la noticia mal interpretada en ese “Pa”, pues dedujo que era “para echárselo al Santo”. Escribió un comentario lleno incidia hacia el califa, de manera que levantó una gran polvareda en contra del Guerra, tanto, que cuando la gente iba entrando a la plaza le iban entregando unos pitos de madera -propaganda de una marca conocida- con objeto de recibir al Guerra, con una pitada que llegara hasta la Puerta del Sol. Y así sucedió. Un subalterno de la cuadrilla dirigiéndose a Rafael le dijo: - Maestro, "j´esto j´está, que j´arde”. A lo que El Guerra contesto: - En cuando "j´empiece" la faena "to j´esos" pitos se lo meten en "j´otro" sitio. Y así sucedió.


  • Toreando Guerrita en Santander se le presentó por la mañana en el hotel un revistero pidiéndole una cantidad de dinero para hacerle un buen reportaje. El Guerra le dijo que volviera cuando estuviera vistiéndose de luces, y así fue. Al verlo el califa le mostró el traje de luces de un banderillero diciéndole: -Yo no regateo el dinero al que quiere trabajar; vístete con este traje y sal "pa" poner los palos a mis toros, que "j´ese" dinero que "pies" se lo doy a los de mi cuadrilla en "ca corría", que "j´así" se lo ganan "j´onradamente".


  • Se encerró “Joselito” el “Gallo” con seis toros como único lidiador en la plaza de toros de Andújar. Se encontraba como espectador “Guerrita” a quien el sevillano le brindó uno toro. Cuando estaba estoqueando con gran maestría fue alcanzado por el astado, aunque la cogida no tuvo consecuencia ninguna. Llegó a la barrera diciendo “Joselito”: -¡A ver si es “j´así” como se matan los toros! En la fonda donde se hospedan ambos ,“Guerrita” le habló a “Joselito” con cierto reproche por su demasiada entrega en la estocada diciéndole: -Mira que “j´eres” tonto, ¿te vas a dejar matar por un toro en una plaza de pueblo?. A lo contestó el “Gallito”: - "E" que en “j´ese” pueblo j´estaba “osté”, y a “oste” le “j´abía brindao” la muerte de “j´ese” quinto toro. Respondiéndole el “Guerra”: — A ver si te crees que si no “j´eres” tu "er" que “atoreabas” en Andújar “ j´ubiese venio.” ¡Cualquiera me saca "j´amí" de Córdoba!.


  • Se iba a celebrar una corrida en Madrid y “El Guerra” fue a ver los toros que se lidiaban, observó que el lote había un toro llamado “Cocinero”, castaño, ojinegro y cornalón de agujas que destacaba sobre los demás por sus defensas descomunales, el diestro creía que aquel toro rompía por completo la armonía y el trapío del resto de la manada. Rafael, se dirigió al representante de la ganadería pidiéndole: -"J´aparta j´ese" morlaco, que no me "j´importa" matarlo gustoso en “j´otra” plaza. El ganadero se negó en rotundo al ruego del “Guerrita” diciéndolo con cara destemplada. -A usted debe importante poco ese apartado, porque ese toro no viene para usted. El Guerra picado por la contestación del ganadero le dijo: - J´oiga “oste”, bien o mal, en mucho o poco tiempo, yo mato “j´ese” toro con “j´otro” que “osté” le ponga “j´encima”, y si me j´aprieta “osté” mato los dos colocándose "er ganaero “j ´encima” del segundo. "J´así" que "er" toro lo mato “j´esta tarde”, por tanto “j´exijo” que me lo “ j´echen er" primero. Se verificó lo dicho, “Guerrita” supo lidiar a aquel astado descomunal hundiéndole el estoque hasta la empuñadura, desplomándose rápidamente en el albero. La ovación del respetable fue de las más sonadas de cuantas se recuerdan en la historia torera del Califa.


  • Entre el “Espartero” y el “Guerra” no había competencia mal intencionada, es más, se estimaban profundamente. Ocurrió, que una feria de Sevilla mató Rafael a un toro recibiendo. Manuel le dijo riéndose -¡Adió Costiyare!. A lo que el “Guerrita” contestó riéndose también: -“J´ombre Costiyare" no, que "j´ese" fue el inventor "er" volapié. Di José Reondo, que "é er" que "resibia". La respuesta del “Espartero” no se hizo esperar: - "E verdá". ¡"Adió José Reondo"!. Los dos se separaron riéndose a carcajada plena.


  • Alguien le preguntó al "Guerra" sobre los inicio de Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete", a lo que contestó: -"Paece quer" chiquillo de "Manolete" tiene güenas maneras". ¡Me alegro, j´ombre!. Dicen que no le duelen las "cornás". Lo "vei ostedes". "J´ezo j´está bien, pa comenza".


  • Narciso Gálvez de la Rosa “Guerrilla”, el que fuera una gran peón de brega, cuando estaba en sus comienzos, esperó al “Guerra” a que saliera del Club de su nombre. Narciso abordo al "Guerra" y el dijo: -Don Rafael yo quiero ser torero y quiero ir mañana a la tienta que tiene en su finca de Las Cuevas . "El Guerra" le preguntó: -¿como j´es tu mote? . Marciso y le dijo: -"Guerrilla" . A lo que contestó el maestro: -¡J´ombre tengo j´aguien que me sucea!. Güeno, pue mañana tespero . Al día siguiente, el muchacho entró a la finca con los invitados, de forma que no se hizo ver. Cuando iban a empezar la capea pregunto "El Guerra" : - ¿ adonde j´está el que va segui mi nombre? Apareció al instante el muchacho algo cortado. "El Guerra" mirándolo le dijo: - Cuando yo convio a uno a mi casa no es pa que se queé en la paé danfrente. Tuvo el “Guerrilla” un percance al darle un puntazo el becerro que toreaba, de forma que tuvieron que asistirle allí mismo, trasladándolo posteriormente a su casa. Cuando se estaba reponiendo de la herida y estando encamado, un día apareció en su humilde casa “El Guerra” para ver como mejoraba el muchacho. Estuvo Rafael animándole y cuando estaba despidiéndose le dejo encima de la mesilla de noche 4000 reales y le dijo: -Toma j´ezo, j´es tu paga, tómala pa meicina y pa que compres los trastos damatar.


  • Contaba Antonio Bienvenida, que su padre (llamado el Papa Negro) le presentó a “Guerrita” en el Hotel Inglaterra de Sevilla, en el cual se hospedaba con motivo de una visita a la ciudad Hispalense en razón a unos reconocimientos médicos. Pues bien, Bienvenida dijo lo siguiente: -El Guerra tenía buen son, vestía de corto de una forma impecable. Era un hombre de empaque, propio de un patriarca del toreo. Mi padre me contaba cosas del Guerra delante de éste para que el mismo atestiguara lo que siempre nos había contado. Después de algunos comentarios terminó diciendo Rafael: - Niño pa que segui recoando cosas pasa. Continuo Antonio Bienvenida su comentario diciendo: -Se levantó el "Guerra" para irse a su habitación, subió las escaleras como si fuera un chaval de veinte años. Con agilidad y presumiendo de que podía hacerlo. Al llegar arriba, creyendo que ya no le veíamos, cambio el ritmo y se derrumbó siguiendo andando bastante encogido, puesto que era un hombre vencido por los años. Así mantuvo “Guerrita” el tipo hasta su muerte.


  • Conversando el "Guerra" con Joselito el "Gallo", el cordobés le dijo al sevillano: - Con lo figura que "j´eres" yo le hubiera "dao" un buen revolcón a tu paisano "Belmonte". A lo que Joselito le respondió: -Rafaé, yo puedo "triunfa" en noventa "corrías", pero él con cinco triunfos me supera en demasía. Al "Guerrita" le costaba asumir la revolución que Juan Belmonte estaba dado a la fiesta.


  • En la Maestranza de Sevilla, cuando iban a hacer el paseillo el “Guerrita” y “El Espartero”; se oyó desde el tendido una voz provocadora hacia el cordobés, diciendo: -“Manolillo de los dos eres el mejor”. A lo que respondió “El Guerra” con altivez : -¡ El "mejo" soy yo, y "j´ahí j´están encerraos" los testigos ¡. Aquella tarde, Rafael nuevamente demostró su maestría torera con un gran triunfo.


  • Al Guerra le llegó la noticia de la muerte de Joselito “El Gallo” estando en el Club de su nombre. Al principio no se lo podía creer, pero se lo confirmaron con un telégrama. El Guerra le unía una entrañable amistad con el sevillano y así manifestó su condolencia a los amigos allí reunidos: - Con la muerte de José le "j´an quitao” el tipo al toreo. Se despidió de de los presentes visiblemente emocionado, marchando a su casa de la calle Góngora.


  • Una vez fue “Guerrita” a inaugurar una plaza de toros en un apobación española. En la fonda donde se hospedaba había un gato que se llamaba “Reverte”, como su rival. El cordobés le molestaba la popularidad del diestro sevillano, tanto, que lo nombraba con el apelativo “no te tires”, de la misma forma como comienza la letra de una seguidilla. Pues bien, al ver Rafael como llamaban al gato dijo: - Aquí entoavía no han visto atorear a “no te tires” y ya le ponen su nombre al gato.


Testimonios

  • El poeta Rafael Duyos lo veía así:


Por la calle Gondomar,
marchoso, serio, solemne,
de corto y sombrero ancho
hasta el día de su muerte.



Rafael Guerra "Guerrita" poseía un caracter serio, dominante, altanero, pero en el ruedo, ante el toro bravo, adquiría grandeza de dominador y vencedor.


Con toda su altanería,
"Guerrita" logró llegar
a ser en la torería
igual que el Gran Capitán.


  • Hay una frase dicha por un torero cordobés (algunos se la atribuyen al "Guerrita" por sus dichos lacónicos) que afirma: "Má corná da la jambre". Más allá de la cornada va la ambición de ganar fama y dinero.


Si el hambre da más cornadas,
da el haztazgo más riñones.
Hay que arrimarse al toro
si quieres ganar millones
con los aplausos del coro.


La ovación tiene tal magia
que hasta tiembla el corazón;
cuando se arrima el torero
es redonda la ovación.

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El contenido de este artículo incorpora material del Ateneo de Córdoba, publicada en castellano bajo la licencia GFDL.


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