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Confitería La Perla

De Cordobapedia

La Perla y su fachada a las Tendillas


La Perla, confitería y cafetería fundada en 1879 por José Fernández Vasallo quien viajó por toda Europa para tomar ideas decorativas como las vidrieras con angelotes, los frisos de escayola, los espejos, el mostrador de mármol con aplicaciones de bronce... [1].

La confitería-cafetería fue fundada en la manzana compuesta por las calles Gondomar y la Málaga, llegando hasta la plaza de las Tendillas, acogiendo todos los bajos de la misma. El establecimiento ofrecía servicio de café, pastelería, y salas de billar que daban a la calle Málaga.

La decoración del local estaba compuesto por un salón lleno de espejos que se acompañaban de divanes rojos para el esparcimiento de los propios artistas, literatos y periodistas. En ellos mantenían tertulias destacados cordobeses de la época como por ejemplo Julio Romero de Torres. Destacaban entre los servicios el café proveniente de la isla de Puerto Rico, así como por los helados de estilo alicantino.

Actual edificio en Gondomar que recuerda, sólo por el nombre, el lugar donde se encontraba la confitería.

Durante los primeros años de existencia, fue café cantante, en los que según Manuel Cobos [2] germinó el origen del flamenco en Córdoba, además de actuar de manera constante quintetos y tríos.

Cerró la cafetería en la década de los años 1950, ocupando el espacio y la pastelería a finales de los años 1970, ya en la esquina entre los bajos del número 1 y número 4 de la calle Gondomar, así como en los números 1 y 3 de la calle Sevilla. La última propietaria de la cafetería fue Pilar Fernández Vergara, hija del fundador. En su recuerdo el edificio del número 4 pasó a denominarse La Perla.


Testimonios

Manuel Medina González en un artículo publicado el el Diario Córdoba con fecha 13 de mayo de 1990 hace la siguiente evocación de La Perla.


"Córdoba poseía una cafetería con un amplio salón capaz para sentar a más de un centenar de parroquianos, en donde solían ir habitualmente cordobeses en su mayoría de la clase media, matrimonios bien avenidos, grupos de jóvenes a los que les agradaba charlar de arte y cultura en genral, y también forasteros que llegaban a la ciudad para vender o compar algo. Ese establecimeinto era el Café de la Perla, que además tenía adosado una acreditada confiteria. En aquel café hacia las delicias con su música el maestro Pepe Fraguero. La Perla constituía un oasis para muchas familias cordobesas, pues allí hallaban donde solazaer con darle a la sin hueso saludos, chismorreos y cuentos de callejas y callejones. Gente correcta era la clientela de La Perla, pero ahora bien, demostrativa de que no tenía nada que ver con la Córdoba pintada por un poeta que la motejó de callada y sola.


Referencias

  1. MÁRQUEZ, Francisco Solano: Guía Secreta de Córdoba, páginas 54-55.
  2. COBOS RUIZ, Manuel: Historia de la hostelería en Córdoba. 2009. Editorial Almuzara


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